Por Andrés Monroy Gómez*
@AndresMonroyG
Bogotá D.C. – Colombia. La libertad de expresión incomoda al autoritarismo, a la barbarie, al violento. Expresar lo que gusta y no gusta es lo que nos hace creer en la posibilidad de una democracia.
A los intolerantes no les basta con amenazar, perseguir, estigmatizar e intimidar a periodistas. Ahora los artistas también son su objetivo. Paramilitares bajo la denominación “Águilas Negras” apuntan su criminal dedo contra los grupos de teatro del sur de Bogotá. En un panfleto dicen: “hoy damos inicio de la limpieza a todas las sucias organizaciones que se interponen en nuestro paso. Formalizar un comunicado en el sur-centro y sur-occidente a las organizaciones que se quieren dar de defensoras de los derechos humanos por medio de expresiones artísticas y que se oponen a las políticas de nuestro gobierno”.
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